El sábado decidí desalojar mi casa por culpa de las goteras. Me salieron 7 goteras por toda la casa. La mejor situada es una que apareció a las 5 de la mañana justo encima de mi almohada. Aunque a esas mismas horas apareció otra que rivalizaba en mala leche con la anterior: una que decidió gotear sobre la mesilla de noche y empapar mi móvil, el cual, por supuesto, ha fallecido ahogado