Imagina que eres una tia (si eres tia, no te lo imagines) y estás de botellón con tus amiguitas. Bebes y bebes cerveza como una borracha (así le facilitas el ligue al buitre de turno), hasta que... "¡oh dios mio! ¡qué ganas de mear! ¡mierda!" No hay baños cerca, ni coches, ni arbustos. Vas a tenerte que bajar las bragas y agacharte a mear delante de todo el mundo. A no ser que te compres uno de estos