Étienne Arcand (Metz, 1779 - Austerlitz, 1805) es el único caso de una persona nacida con 2 vidas. Al concluir su primera vida, como si de un videojuego se tratara, Étienne volvió en sí y continuó con una segunda oportunidad. Sin embargo, su suerte no le permitió disfrutar de este importante privilegio. En plena batalla napoleónica, recibió su primera muerte con estupor y espanto. Quedó petrificado en pleno campo de batalla mirando el enorme hueco que un proyectil había dejado en su pecho. Este momento de confusión e indecisión concluyó abruptamente cuando un enemigo atravesó su cuello con una bayoneta, matándolo por segunda vez. Este extraño suceso, único hasta ahora en la historia de la humanidad, pasó desapercibido para todos.