Hablando de Berlín. Se supone que hay un restaurante por allí que quiere vender carne humana. Tú les vendes un trozo de tu cuerpo que ya no te interese y ellos se lo sirven a los caníbales que vayan a comer a su restaurante Seguro que semejante locura hasta llega a funcionar. Ya me veo a un montón de caníbales comiendo cordones umbilicales (¡ugh!) [web del restaurante] (gracias Thunac y Zoe)