Imagina esta situación. Estás tan tranquilo en casa, en pijama, calentito, preparándote una taza de café y... ¡mierda! ¡no queda café! Tienes que ir al supermercado. ¿Qué haces? ¿Vas en pijama? ¡Sí! ¡Con los pijama-vaqueros ahora puedes! jojojojojo (gracias Nacho)