Os presento a David Smith. Un tipo de esos que estaba tan gordo que no podía ni andar. De esos que se comía los bocadillos de los demás en el recreo. 285 kilogramos. Pues bien, David debía esconder mucha fuerza de voluntad bajo toda esa grasa porque ha bajado casi 200 kilos y ahora le sobra piel por todas partes